lunes

Zamora en la calle, pero dividida y eso a Asamblea Zamora, no le gusta



2.500 zamoranos salen a la calle contra los cambios en el mercado de trabajo

La segunda manifestación de rechazo a las medidas de Rajoy supera en asistencia a la primera y prepara el camino hacia la huelga general


  2.500 zamoranos salen a la calle contra los cambios en el mercado de trabajo




CARLOS GIL
«Resistencia», gritaba el cantante del grupo Ska-p por los altavoces instalados en la Subdelegación del Gobierno cuando la cabeza de la manifestación contra la reforma laboral entraba en la plaza de la Constitución encabezada por la pancarta de «Huelga general contra la reforma laboral. 29 de marzo» portada por unos dirigentes provinciales de UGT y Comisiones Obreras a los que seguían un buen número de zamoranos, desde luego bastantes más que en la primera manifestación, del 19 de febrero, convocada contra los cambios del mercado laboral introducidos por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. ¿Cuántos había?. Pues no hay fuente fiable. La Delegación del Gobierno habla de 1.200, una cifra que se queda muy corta, mientras los sindicatos apuestan por tres mil, quizá un tanto exagerada. Algo más de 2.500 es el número que más se aproxima a la realidad, sobre todo en comparación con la primera movilización que sacó a la calle a dos mil almas.


Además de la pancarta principal otras muchas jalonaban el desfile, que salió de La Marina a las doce en punto, subió hacia la plaza de Alemania, dio vuelta a la fuente y volvió por donde había venido para enfilar Santa Clara, dejando una curiosa imagen de los manifestándose cruzándose en direcciones contrarias a la altura de Alfonso IX. Unos eslóganes en los que se podía leer: «Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer», «Sé tú mismo. Rebélate», «Cuando el rico le roba al pobre, se llama negocio. Cuando el pobre pelea por recuperarlo, se llama violencia» y el juego de palabras con las siglas del PP reinterpretadas como «Pobres, proletarios» y «Parados pidiendo», con la firma R.I.P (Rajoy, Inútil, Púdrete). Los gritos seguían la misma senda: «Dónde están, no se ven los del PP», «Basta ya de despidos», «Huelga general», «Aquí está la cueva de Alí Babá» o «Luego dirán que somos dos o tres». Además de sindicalistas y muchos ciudadanos de a pie era visible la presencia de numerosos dirigentes del PSOE y de Izquierda Unida y también el movimiento 15-M e izquierda radical que como siempre cerraban la marcha con algo de separación sobre el resto.


Llegados a la plaza, y mientras sonaba el «Resistiré los años de Gobierno del PP» que popularizó el presentador televisivo «Wyoming», tomaban la palabra los secretarios provinciales de UGT y Comisiones Obreras, Nieves García y Eugenio González, que pidieron un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de los trenes de Madrid del 11-M donde «no murieron ni políticos ni banqueros, sino obreros y obreras». En un tono muy preocupado y en ocasiones apocalíptico («van a tener que hacer edificios para darnos de comer y de cenar y que tengamos un techo»), los sindicalistas fueron desgranando los defectos de la reforma laboral que deja «sin derechos» a los trabajadores, al facilitar el despido y los contratos sin indemnización. Los líderes de UGT y Comisiones Obreras, que están llevando a cabo una campaña informativa sobre la reforma laboral por pueblos, empresas y asociaciones de vecinos, hablaron de unidad de todos: del resto de sindicatos y de los trabajadores (incluidos los que votaron al PP) para lograr parar la reforma laboral mediante las movilizaciones, dado el fracaso de los intentos de diálogo con el Gobierno, que no respondió a las dos cartas enviadas pidiendo la apertura de negociaciones. Lo más aplaudido las referencias al caso Gurtel-Garzón y los incidentes de Valencia: «A los estudiantes que protestaban por no tener calefacción, les dieron de hostias para que estuvieran calientes»


Al final Eugenio González se arrancó a cantar el «Hace falta ya una huelga, una huelga, hace falta ya una huelga general», coreado por los asistentes.


Los trabajadores afectados por despidos o problemas laborales en empresas concretas tuvieron también su protagonismo en la manifestación contra la reforma laboral. A los que más se veía es a los de Freigel (antigua Frinca), que denunciaban siete despidos; pero también estaban, bien identificados, los trabajadores de Gamar, que arrastran un largo conflicto y las empleadas de Prenatal, también afectadas por la pérdida de sus puestos de trabajo.





1 comentario:

  1. Anónimo10:04

    pues a mí me parece muy bien que desde el 15 M y desde otros sectores que llaman "minoritarios" se alejen de la dirección de los vende obreros CCOO y UGT, que son los mismos sindicalisyas-políticos que firman infamias y traicionan día sí día no a los trabajadores. Se puede y debe y mucha gente lo estamos deseando, dar respuesta de una forma nueva, contundente desde fuera de todo su circo del que también forman parte los sindicatos mayoritarios, con sus subvenciones y liberados.

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